Llega un momento del año, habitualmente cuando el frío llega a nuestros hogares, nuestras ciudades, en la que guardamos todos los objetos y accesorios de la playa. Empaquetamos nuestros bikinis, las chanclas, las toallas de playa y la protección solar para desempolvarlas de nuevo al comienzo del verano. ¿Por qué ocurre esto?
La causa está en la concienciación. Consideramos que cómo no vamos a la piscina o la playa a chamuscarnos bajo el sol, no necesitamos proteger nuestra piel el resto del año. Pero esto no funciona así.
Durante el verano predomina la radiación ultravioleta B (UVB), radiación que contiene mucha energía, las cuales pueden penetrar en la epidermis , son causantes de las quemaduras solares, de las reacciones alérgicas y de los cánceres de piel. Sin embargo, en invierno impera la radiación ultravioleta A (UVA). La radiación UVA produce radicales libres que pueden alterar las células a largo plazo y provocar un fotoenvejecimiento de la piel, intolerancia al sol, enfermedades de pigmentación, como manchas y desarrollo de cánceres de piel.
Aunque existe una diferencia entre las radiaciones estivales y los invernales, el efecto de la radiación sigue siendo el mismo tanto si hace buen o mal tiempo.
Entonces, ¿hay que utilizar protección solar en invierno? ¡Por supuesto que si! Y dejar de dar respuestas habituales como la de “pero si el sol no calienta”.
Debemos prestar atención a las zonas con mayor exposición como son el rostro, el cuello y el escote. Durante los meses invernales, lo expertos recomiendan el uso de cremas solares con un factor mayor a 20 SPF. De ello surge la propuesta de Abéñula, Crema facial 50 SPF +. Una protección solar con fórmula revolucionaria y destinada para las pieles más sensibles. Al mismo tiempo, ofrece una protección muy alta frente a la radiación UVA y UVB presentes tanto en invierno como en verano.
La crema facial 50 + de Abéñula está indicada para hombres y mujeres. Se recomienda aplicarla antes del maquillaje, como prebase o después del afeitado, antes de salir a la calle como protección solar.
Las principales características diferenciadoras son:
- Tacto suave y no graso. Se absorbe rápidamente, resultando un acabado ligero.
- Protección muy alta (SPF+50) frente a la radiación UVA y UVB.
- Olor suave y totalmente incolora.
- Evita la aparición de manchas y otras afecciones en la piel producidas por el sol.
- Su uso también está indicado en personas con manchas cutáneas que necesiten una protección extrema localizada.
- Resistente al agua, por lo que es excepcional para usar en la playa o piscina.
- Para todo tipo de pieles.
Recuerda que el sol “pasa factura” a corto plazo deshidrata y vuelve más rugosa la piel pero a largo plazo la piel pierde firmeza, acelera la aparación de manchas, provoca rupturas en el ADN favoreciendo la aparición de cánceres.
0 comentarios